martes, 30 de marzo de 2010

Ya es primavera

Y ya me ha tocado sacar el "Kit del alérgico para sobrevivir de marzo a mayo": antihistamínicos, inhalador para la rinitis alérgica (lo que de toda la vida se ha llamado moqueo), kleenex, gotas para los ojos, humidificador y mi última adquisición:

No soy exagerada, es que ayer no podía respirar. Eso sí, no pienso cometer la imprudencia de salir así a la calle, antes me quedo en casa hasta la caída del sol y del polen.

Ahora me arrepiento de no haber comprado una máscara de gas en Berlín el año pasado. Tiene mucho más estilo que las mascarillas de celulosa que venden en las farmacias, dónde va a parar.

martes, 23 de marzo de 2010

Esto NO es un blog de diseño

Ayer os aburrí con el antes y después de mi plantilla y hoy voy a enseñar los resultados de un ejercicio muy simple que he hecho en clase. Es una chorradilla muy básica pero me siento bien aprendiendo algo que considero útil.

lunes, 22 de marzo de 2010

Primeros cambios en la plantilla

(por si alguien no se ha dado cuenta)

Antes:

Después:

Palmadita en la espalda

¿Os acordáis de la dinámica de grupo? Pues ya he recibido respuesta:
Buenas tardes, Laura:
Te informo que el proceso de selección ha sido cerrado.
Agradecemos tu participación y, si no hay conveniente, guardaremos tu curriculum para futuras ocasiones.
Te deseamos muchísima suerte en tu trayectoria profesional.
Un saludo

Y yo me pregunto... ¿qué significará eso de "si no hay conveniente"?

miércoles, 17 de marzo de 2010

El maravilloso mundo del diseño web

No hay nada más peligroso que enseñar a un maquetador a usar más programas de diseño y darle nociones de xhtml. La prueba viviente de que esto es cierto está escribiendo este post en este preciso instante. Si a eso le sumamos la emoción de tener ordenador nuevo (ver foto al final del post), tenemos la ecuación completa. Bueno, casi, aún necesito algo de tiempo para enredar.

En mis ratos libres me dedicaré a enredar con la plantilla de este blog en casa y con un proyecto extraño en el que me he metido hasta el corvejón sin saber cómo. Las aberraciones que le voy a hacer al blog las iréis sufriendo poco a poco (excepto los afortunados que hayan decidido seguirme por RSS, que no tendrán que aguantar mis desvaríos creativos). El proyecto aún tardará un poquito, porque eso lleva más tiempo, necesito ayuda externa y no sé si lo publicaré en el blog, depende de si sale bien o regular.

Hale, a seguir la mañana que, como dice Blanca, "hoy puede ser un buen día" y estoy haciendo lo imposible para que nadie me lo joda. A quien se le ocurra presentarse ante mí con contratiempos le corto la cabeza. Y, para que duela más que un tajo limpio, completo la amenaza con el machete de la mili de mi padre, que está mal afilado y con roña acumulada de años.

jueves, 11 de marzo de 2010

Canal Metro

Me vais a perdonar que ignore la efeméride (os dejo otro blog donde se puede leer) pero voy a dedicar unas líneas al Canal Metro (de Madrid, por supuesto), que esta mañana me ha impactado (para mal, por supuesto). Nunca presto mucha atención a este "ruido de fondo" que me acompaña cada mañana durante unos breves segundos en el andén de Nuevos Ministerios.

Como ya he dicho, suele ser un ruido de fondo. Normalmente leo, escucho música o directamente paso del Canal Metro. La frecuencia de paso de los trenes tampoco permite detenerse a mirar las pantallitas dispuestas por las estacioes pero hoy ha sido diferente. Quedaban tres minutos para que llegara el próximo tren, no tenía ganas de leer y me ha dado por mirar este extraño canal.

Desde el punto de vista técnico, el que hace las reconversiones de formatos tiene serios problemas con la interpretación de líneas, porque en mi vida he visto una noticia que estuviera bien en este aspecto. También he apreciado algún anuncio reducido de 4:3 a 16:9, con el consiguiente aplastamiento de la imagen. Pero tampoco es esto lo que me ha llamado la atención, que de chapuzas está el mundo lleno y no podemos pararnos a cotillearlas todas.

Quizá estuviera influida por haber prestado recientemente mi ejemplar de bolsillo de 1984. A lo mejor me he dejado llevar por un reportaje sobre el análisis de las personalidades de algunos grandes dictadores del siglo XX a través de la grafología que he leído en el Cercanías. Javier Marías y su artículo sobre el chabacanismo de nuestra no siempre suficientemente apreciada lideresa Esperanza Aguirre puede haberme condicionado. No sé cuál habrá sido la causa pero he flipado con lo que he visto en esos tres minutos de espera.
  • Primera pieza: autobombo sobre las cosas bonitas que subvenciona la Comunidad de Madrid. Lo que no dicen es que no son públicas, sino concertadas.
  • Segunda pieza: el mapa del tiempo, en el que se ignora completamente la zona donde vivo. Luego dirán que tenemos manía persecutoria o que estamos picados porque nuestra agua y nuestros hospitales públicos son peores o están más saturados, no tenemos autobuses nocturnos (sí, desde Aluche pero ¿alguien va por las noches a Aluche o alrededores? No) pero realmente la Comunidad de Madrid pasa bastante de la zona sur, incluso para las previsiones meteorológicas.
  • Tercera pieza: una especie de noticia (si se le puede llamar así) sobre los resfriados. Como los españoles somos una raza recia (o eso he entendido yo), nos constipamos menos que los inmigrantes. Los sudamericanos, pobrecitos ellos, no están acostumbrados al frío y se resfrían unas 4-5 veces en un invierno, mientras que los madrileños sólo 1-2 como mucho. Los ciudadanos procedentes de países del Este están acostumbrados al frío pero eso no quiere decir que estén a salvo, porque no están acostumbrados a la calefacción y por eso también se refrían más que los españolitos.
Fíjate, se puede aprender antropología con una pieza de un minuto y además en el transporte público.

viernes, 5 de marzo de 2010

Dinámicas de grupo (y crossover blogger)

Se me ha ido la actualización un par de días pero no he tenido ni tiempo ni ganas de ponerme a escribir algo tan largo. Aprovecho un rato muerto en mi cursito (no me pueden dar tanto tiempo para maquetar un newsletter de cinco páginas, me sobran horas por todas partes) y actualizo con los últimos acontecimientos.

El martes por la mañana me llamaron para acudir a una dinámica de grupo al día siguiente, es decir, el miércoles. Crucé Madrid y allí que me planté, en un estupendo día de lluvia. Llegué a la entrada y no había nadie en la garita de seguridad, así que llamé directamente al telefonillo de la empresa. Me abrieron, pasé y, cuando ya casi había llegado a la puerta del edificio donde estaba la empresa en cuestión, una segurata bajita con fuerte acento eslavo me dice que no puedo entrar sin más. Pues vale, no voy a discutir. Finalmente, me indica por qué puerta tengo que entrar (como si no lo supiera ya) y me deja marchar.

En la dinámica de grupo éramos ocho, todas de género femenino. En la primera parte, el jefe nos preguntaba una por una algo más o menos genérico relacionado con la comunicación o el periodismo, menos a mí, que me preguntó por qué creía que estaba haciendo una dinámica de grupo. Ahí ya se pudieron ver un poquito los perfiles de cada una: la listilla, la trepa, la lerda (en este caso eran dos) y una que se creía por encima de las demás por haber nacido antes y que tenía una idea muy equivocada acerca de lo que es o debería ser el periodismo. Si yo vi todo eso, los que nos estaban haciendo la dinámica de grupo ni te cuento de todo lo que se tuvieron que dar cuenta.

Luego vino la segunda parte (simular una situación dada por el entrevistador), en la que todos los perfiles que se apreciaban sutilmente en la parte de la pregunta individual salieron a flote en todo su esplendor. La que se creía por encima de las demás me acusó de haber estudiado en una universidad privada, con lo que demostró dos cosas:
  1. Intentaba quedar por encima del resto y creyó ver allí una oportunidad.
  2. No conoce las universidades de la Comunidad de Madrid, pese a vivir en ella.
La listilla también intentó opinar sobre algo de lo que no tenía ni puta idea pero dio la casualidad de que yo, que estaba enfrente, sí que tenía idea de ello. Y la trepa empezó a hablar en el ejercicio de grupo de una forma totalmente fuera de lugar con la situación planteada. Se suponía que era una conversación entre amigas que habían quedado para tomar un café después de mucho tiempo sin verse y la señorita empezó con algo así como "Yo considero que los contenidos impartidos en las universidades...". Si habla así con sus amigas, no quiero encontrarme nunca a todas juntas charlando en el metro.

Después me largué a casita y, al darme cuenta de que pasaba por debajo de casa de Hell's Tea, le mandé un mensajillo por si estaba disponible y le apetecía tomarse conmigo un té. Lo habéis adivinado, ésta es la parte del crossover blogger.

El barrio de Hell's Tea está bien comunicado: tiene dos paradas de metro y casi me atropellan tres autobuses desde la salida del suburbano hasta la entrada del portal. También tiene unas pedazo de escaleras de la muerte con las que yo no contaba y que me daban mucho miedito en un día lluvioso, dados mis antecedentes. La alternativa a las escaleras era una enorme rampa serpenteante que más bien parecía un laberinto, sólo le faltaba tener su propia colonia de minotauros. Como soy vaga, decidí arriesgarme y coger las escaleras, a pesar de todo.

El té se alargó, hablando de todo un poco, frikeando con el Photoshop CS4 (somos así de raras, qué se le va a haber) y terminé quedándome a comer con Hell's Tea y su respectivo, cual familia feliz. A las cinco y pico de la tarde me di cuenta de la hora que era y de que tenía que ir a hacerle una visitilla a Ruth por ciertos temas laborales.

Una vez terminé todo, regresé a casa, me quité el disfraz de las entrevistas de trabajo (camisa, zapatos y fular, en vez de camiseta, deportivas y palestino, quién lo diría), me lavé la cara, me duché, me puse mi pijama y me tiré lo poco que quedaba de tarde sin hacer nada.

lunes, 1 de marzo de 2010

Somos gilipollas

Que no lo digo yo (aunque os extrañe), lo dicen los señores de El blog salmón en este post y tienen más razón que un santo. Llevo mucho tiempo sufriendo en silencio por el sistema de contratación de becarios que reina en nuestro país, sobre todo en el sector de los medios de comunicación, que es en el que he vivido la mayor parte de mi vida laboral. Esto es más o menos lo mismo, sólo que les ponen el nombre de voluntarios, que suena menos a trabajo basura.

Los becarios dejaron de ser becarios (y esto se puede aplicar también a los "voluntarios" de los que habla el post enlazado) cuando a alguna mente lúcida se le ocurrió poner condiciones extremas a los candidatos y hacer pruebas de selección acojonantes (porque la mayoría de las veces dan mucho miedito). A lo que vamos con esto es a tener trabajadores más baratos, un poco menos preparados (pero sólo un poco menos, que yo he estado en pruebas de selección que se las traían) y mucho más baratos. Se nos ha olvidado que los contratos de prácticas son para aprender y les exigimos a los becarios que trabajen lo mismo que el resto de empleados pero sin un sueldo.

Mientras tengas una universidad que te cubra las espaldas (véase, que te pague el seguro), tus 300€ de sueldo estén subvencionados y no tengas seguridad social, te quieren en cualquier parte. El problema llega cuando te licencias, el convenio de tu universidad termina y, aunque tengas experiencia suficiente para pasar a formar parte de la plantilla, deciden coger a otro becario. Y da gracias que en tus prácticas te hayan enseñado algo, porque también las hay donde pasan de ti y te ponen a hacer cualquier otra cosa distinta de las funciones del puesto.

También he visto por ahí algún trabajo con condiciones de becario (sueldo, principalmente) y exigencias de trabajador cualificado (estudios, idiomas, horarios). Y seguimos apuntándonos a esas ofertas, aunque tu sueldo sea de 800€ mensuales por jornada completa y tus jefes se quejen de que no trabajas suficiente en casa (es triste pero es real). ¿Acaso es lógico que una persona con estudios superiores, idiomas y formación complementaria tenga que venderse a precio de saldo? ¿Tan desesperados estamos?

El problema lo tenemos nosotros, que nos dejamos tratar así, retrasamos la finalización de la carrera para no perder un trabajo de becario, aceptamos trabajar en días festivos o en horarios totalmente absurdos en relación con el sueldo o directamente renunciamos a cobrar por nuestro trabajo. Y la única razón que tenemos para hacer esto es que la gente lo hace, sin más.

Durante la carrera, viví la evolución (o más bien involución) de las prácticas en empresa. Empecé con unas prácticas de media jornada que derivaron en un contrato de colaboración de un año y terminé con unas de jornada completa, trabajando la mitad de los fines de semana y todos los festivos y marchándome de allí cuando en recursos humanos (que a veces no sé qué tienen de humano) se enteraron de que presentaba el proyecto final de carrera a finales de septiembre, perdiendo toda posibilidad de convenio con la universidad.

Alguien pensó que le salía más a cuenta tener a gente descontenta y barata que trabajadores eficientes con un sueldo digno. Da igual si no te gusta, porque en un máximo de seis meses estarás otra vez en casa y otro ocupará tu silla.

P. D.: prometo que el cambio de plantilla no dará lugar a una proliferación de post serios y volveré a mi línea habitual en unos días.